Hoy día 20 de Diciembre, acudiríamos a una batida de zorros en un par de fincas de la sociedad a la cual pertenezco, la mancha prometía dado la abundancia de esta especie, y a las 6:00 am, nos dábamos cita en la sede de esta sociedad deportiva. Mientras esperábamos al sorteo, el café caliente y alguna copita de anís amainaba la espera de alguna manera, un frió infernar y tiempo soleado.
En este caso, la batida se realizaba sin perros, pues la veda en esta sociedad, se cerró a principios de diciembre, quedando abierta la modalidad del zorzal en puesto fijo. A medida que acudían los participantes a la misma, pudimos hacer el sorteo, al rededor de 18 personas se dieron cita al evento y pudimos celebrar el sorteo sobre las 8:00 am. Poca gente para esta cacería, pues tendríamos que cubrir bien las manchas y esto no se pudo hacer dado el poco personal que asistió; así que una vez celebrado el sorteo, los números pares se ponían en los puestos, y los números impares batían el terreno abatir. Al final, 6 personas decidimos zapear. A mí me toco en suerte como casi siempre, con otros cuatro compañeros, Paco, Peporro, Paco ( el cerilla ) Manolo Barahona, su hijo Manolito y Eduardo y un presente,nada de personal para la mancha que debíamos abatir. Dimos tiempo a los postores y cazadores a cubrir los puestos. Una vez cubiertos salimos organizados y con ilusión a batir las dos manchas, Los Ruices y el Cabito, las (dos lindando). Después de una larga caminata sin ver ni escuchar un solo tiro, pudimos apreciar algunas que otras perdices y palomas que por su puesto se respetaron ya que esta cacería no iba con ellas. Sobre las 10:00 am, empezamos a escuchar algún que otro tiro y, yo en particular, llegando a los puestos observe un zorro en dirección contraria a su salida y dirigiéndose hacia mí, sigiloso, cauto y el viento a mi favor, pude hacerle el primer disparo a una distancia de 30 metros errando el tiro de escopeta saliendo huyendo de nuevo hacia donde me encontraba con la escopeta encarada y preparada para reventarlo, pudiendo efectuar el segundo tiro a 4 metros, errando de nuevo el tiro. Tengo que decir que solo llevaba balas y 4 cartuchos del plomo del DOBLE CERO que no pude cambiárselos dado la sorpresa que me lleve al ver este cánido acercarse tan tranquilo, pues si hubiese tenido la munición dicha y en el segundo tiro y, a la distancia que tiré en el segundo lance, otro gallo cantaría. Los cazadores de postura, tuvieron oportunidad de disparar algún que otro zorro, quizás por las distancias a que les pasaron y llevando escopetas no pudieron hacer blanco, algunos y otros se conformaron con verlos pasar sin efectuar el disparo sin saber la explicación del suceso. Total un zorro abatido por nuestro amigo y compañero ( el bigotes ), y algún que otro zorro fallado. Después nos esperaban los chorizos, morcillas y tocino a la brasa con buenos quesos y charcutería acompañado como no..!, de unos vinos excelentes de la tierra, que para sorpresa, también, nos quedamos con las ganas de beber nos un par de ellas mas.