La tarde del sábado día 16 de julio, tendríamos una cacería de conejos por gentileza de la familia Vacas, Alberto, su hermano Diego y su primo Diego, todo estaba preparado para salir a su finca, bonita de monte, altos pastos que de alguna manera u otra dificultaban los tiros a los astutos conejos que sin lugar a dudas los hacia mas bonito si cabe, como también nos hacían fallar algún que otro tiro por no decir la mayoría.
Alberto, era el que manejaba todo este cotarro por llamarlo de alguna manera, su hermano, primo Diego y yo, andábamos a sus ordenes, pues parecía que su gran capacidad de conocer esta modalidad cinegética, mas añadiendo el conocimiento del terreno donde cazábamos, seria clave para el éxito de esta cacería que sin lugar a dudas prometía.
Transcurridos los primeros pasos sobre el terreno y una vez puestos, su primo Diego y yo en unos encierros, empezaron a escucharse los primeros disparos como también los primeros fallos. En el primer encierro veo un conejo acercándose sigilosamente, parándose paulatinamente y llenando su pequeño estomago, decidí como buen cazador dejarle que saliera a la carrera pues los compañeros se acercaban y había que darle la oportunidad de vivir unos segundos o minutos más, cosa que no fue así dado que a su carrera como si de una bala se tratara, erre el tiro y el astuto conejo encerrándose en el encierro dio margen a su vida, seguramente hasta el día siguiente que esta admirable familia hiciera su presencia en la bonita finca que poseen.
Los fallos se sucedían a medida que la tarde se echaba, Alberto fallando más que ninguno a conejos que prácticamente les salían en los pies, de su boca oíamos a lo lejos las constantes excusas que sin lugar a dudas, nadie nos creíamos, también yo erre dos conejos que si de penalizar estuviera, estaría escribiendo desde una celda de una prisión turca.
.Diego, su hermano, parecía que andaba mas espabilado, pues el fue el que menos erró los tiros a estos roedores dando lugar a alguna risitas que nos enojaba felizmente y que en alguna que otra ocasión, las felicitaciones se hacían sonar en el monte.
Por otro lado, su primo Diego, a pesar de no llevar la escopeta mas que en dos ocasiones, sumando su conocimiento cinegético y su conocimiento del terreno a cazar también de su propiedad, tubo unos lances bonitos de ver y vivir que nos hizo la tarde mas alegre y mas agradable si cabe, tanto por sus lances, avisos y ánimos que no dejaron de cesar por su boca.
Los primeros conejos en la primera ronda |
Resumiendo la tarde cinegética tan agradable con las familia Vacas, y como no!, agradeciendo su hospitalidad y confianza que depositaron en mi, las perchas fueron aceptables dado el terreno tan petado de pasto que cazábamos y mas que aceptables el rato entre amigos monteros que sin lugar a dudas, no es fácil de olvidar.
Panoramica de la finca |
2 comentarios:
Eufemio eres mas fino que el coral, jajaja. Ya hablaremos para repetirlo.
ALBERTO VACAS
La verdad que si pasamos una buena tarde, aunque la próxima vez tenemos que estar mas finos...Eufemio lo de mis "risitas" es porque la semana pasada eran ellos los que se reían de mi, pero bueno siempre son risas sanas. Muy buena entrada Eufemio y esta no quita otra. Un saludo.
DIEGO VACAS
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